La diputada libertaria Lourdes Arrieta, una de las integrantes de la comitiva que visitó a los represores en el penal de Ezeiza, responsabilizó por la excursión a sus colegas de bloque Beltrán Benedit y Martín Menem.
«Si tienen que pedir algunas explicaciones, deberían comenzar con quienes lo organizaron, con quienes brindaron las herramientas para que esta visita se lleve a cabo o aquellos que perseguían otros fines que no se nos comunicaron», reclamó frente a los integrantes de la Comisión de Peticiones y Reglamento.
En esa reunión, cuyo temario derivó de un acuerdo al que arribaron su presidenta, Silvia Lospennato, y el jefe de la bancada peronista, Germán Martínez, la mendocina presentó el proyecto 4146-D-2024 para «buscar transparencia». «Porque la credibilidad de uno es lo más importante», aclaró.
Al deslindar su responsabilidad, la legisladora consideró que «tanto el diputado Beltrán Benedit como el presidente de la Cámara, Martín Menem, deberían dar explicaciones al respecto». «Nosotros no nos mandamos solos», aseguró, y agregó: «No me voy a subir a una combi sin algún tipo de aval político».
Arrieta, que cuando se desató el escándalo por una primicia de LPO renegó de las políticas de memoria en el chat interno de La Libertad Avanza, aludió a la hipótesis del engaño. «Fuimos invitados un grupo de diputados con carácter humanitario y para conocer las condiciones de detención de los internos», dijo, y agregó: «Nunca se nos informó cuál era la identidad ni tampoco se nos dio a conocer cuáles eran las condenas».
En ese sentido, se escudó en que «se brindaron las herramientas para que esto sea una comitiva de Diputados». «A mí se me invitó, cumplí con mi deber y quiero pedir perdón a los que se han sentido molestos con esta accionar de ir a visitar», expresó.
Finalmente, se comprometió a presentar elementos probatorios si se creaba la comisión especial y solicitó «la posibilidad de dar mayores explicaciones».
Para embarrar la situación de Menem, la diputada contó que antes de presentarse en la reunión en curso pidió una combi para 10 personas pero solo había para cuatro pasajeros. «Por lo tanto es evidente que hay que pedir autorización, alguien autoriza una combi en la Cámara de Diputados», explicó bajo el objetivo de que Menem responda por el viaje a Ezeiza.
LPO reveló que el vehículo con el que los diputados se trasladaron para encontrarse con Alfredo Astiz y los demás genocidas pertenecía a la Cámara de Diputados y que, según el testimonio de otros miembros del bloque, el secretario del riojano, Federico Shariff Menem, tomaba lista de quienes viajaban.
Por lo demás, en la Dirección de Automotores alegan que todos los diputados tienen una app en su celular, a través de la cual demandan viajes. Los trabajadores del área se limitan a organizar los pedidos y coordinar los desplazamientos según la disponibilidad de la flota de coches y combis. «A veces, tenemos una combi y varios diputados que van a distintos lugares», graficaron a LPO.
De hecho, Menem desplazó a fines de julio al director de Automotores, Alexis Navarrete, acaso tratando de cortar la cadena de responsabilidades por la autorización de los viajes. En su lugar, designaron a Renzo Montepelozo, quien ingresó a la Cámara Baja como empleado en tiempos del gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, Navarrete no habría tenido forma de impedir el traslado de Benedit y sus cinco compañeros al penal de Ezeiza, sencillamente, porque las funciones de la dirección no son de control político sino de organización del servicio. En los pasillos del Congreso, comentan que la razón de su salida estaría vinculada a roces con Shariff, sobrino de Menem, y por propiedad transitiva, con el propio titular de la Cámara. Contra ambos apuntó Arrieta este martes.