Nuestro cerebro es el centro de control de nuestro cuerpo, responsable de funciones vitales como sentir, reflexionar, movernos, aprender y recordar. La memoria nos permite almacenar y recuperar información sobre conocimientos y experiencias adquiridas y personas conocidas a lo largo de nuestra vida.
La concentración, por otro lado, nos permite enfocar nuestra atención en una tarea específica sin distracciones y ambas habilidades son fundamentales para una función cognitiva óptima en todas las etapas de la vida. También, en temporada de exámenes, los estudiantes buscan cualquier ventaja que les ayude a mejorar su rendimiento académico y una de las áreas clave para sobresalir en los estudios es la capacidad de memoria y concentración.
La psiquiatra nutricional de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, Uma Naidoo, señaló que una nutrición adecuada puede desempeñar un papel crucial en potenciar estas habilidades cognitivas esenciales y, en concreto, existe una vitamina ideal para lograrlo. “La mejor vitamina que cubre muchos aspectos relacionados con la salud del cerebro es la vitamina B”, dijo.
Según Naidoo, los alimentos que aportan vitamina B son, entre otros, las lentejas, los garbanzos, las nueces, verduras como las espinacas, el brócoli o la lechuga, frutas como el melón o las fresas, pescados como el atún o el salmón, y carnes blancas como el pollo o el pavo.
Otros nutrientes que impulsan la memoria
Además de las vitaminas, varios otros nutrientes son esenciales para el bienestar cerebral:
- Magnesio. Importante para varios procesos corporales, incluyendo el apoyo al sistema nervioso.
- DHA (Ácido Docosahexaenoico). Un ácido graso esencial para el desarrollo y la funcionalidad del cerebro y el sistema nervioso.
- Potasio. Ayuda a reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares y apoya el funcionamiento normal del sistema nervioso.
- Yodo. Fundamental para la producción de hormonas tiroideas, cruciales para el desarrollo neurológico y el metabolismo.
- Cobre. Necesario para la producción de neuropéptidos y neurohormonas, ayudando al desarrollo cerebral y al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Hábitos para una buena memoria
Además de una nutrición adecuada, adoptar ciertos hábitos puede mejorar significativamente la memoria y la concentración:
- Mantenerse activos. La actividad física regular tiene un impacto positivo en la función cognitiva.
- Agilizar nuestra mente. Participar en actividades que estimulen la mente, como crucigramas, sudoku o aprender algo nuevo.
- Planificar. Organizar y planificar las tareas diarias puede ayudarnos a centrar la información y ejercitar la memoria.
- Tener suficientes horas de sueño. Dormir entre siete y nueve horas al día es crucial para el funcionamiento cognitivo.
- Alimentación nutritiva. Una dieta balanceada que incluya todos los grupos alimenticios y evite alimentos altos en sodio, grasas saturadas y azúcares refinados es fundamental para la salud cerebral.