Para algunas personas, la diferencia entre tener sexo y hacer el amor es solo semántica y no llega a ser un motivo de reflexión. Para otros, sin embargo, los conceptos son casi opuestos.
Los expertos dicen que los mismos gestos o las mismas acciones pueden significar cosas completamente diferentes según las circunstancias, los seres humanos somos así. Un abrazo puede ser un gesto de amor supremo o una simple despedida.
Además, la importancia del sexo puede variar de una persona a otra. Algunas, pueden sentir que ser una pareja sexual es absolutamente vital. Otras, pueden sentir que otros tipos de intimidad y conexión son más importantes.
La sexóloga española Silvia Sanz indica que la actividad sexual es más impulsiva y menos comprometida en términos de la conexión emocional enfocándose principalmente en la gratificación física y la liberación de tensiones.
Para la especialista, tener relaciones sexuales es simplemente un acto físico en el cual se estimulan y satisfacen diferentes partes del cuerpo con el objetivo de conseguir un orgasmo o una satisfacción física que, aunque nos puede proporcionar también placer mental, no tiene mucho que ver con el amor por la otra persona.
Las previas cortas y el apuro para alcanzar el orgasmo son sinónimos de que una pareja está teniendo sexo, y lo opuesto sucede cuando se hace el amor, que exige un tiempo extra para establecer algo que va más allá de una simple sintonía química.
En resumen, tener relaciones sexuales puede simplemente satisfacer el impulso sexual, mientras que hacer el amor puede satisfacer los impulsos físicos, emocionales, sexuales y mentales de una persona. Se puede decir que tener relaciones sexuales se limita simplemente a un acto físico, mientras que hacer el amor incluye también otros impulsos.
El sexo, cuando se mezcla con intimidad y sentimientos
El sexo regular apoya una relación saludable de varias maneras. Por ejemplo, la oxitocina liberada durante las relaciones mejora la sensación de vínculo y la intimidad emocional.
Silvia Sanz indica en este caso que los sentimientos de amor, afecto y apego son esenciales a la hora de hacer el amor. De hecho, la actividad sexual se convierte en un medio para expresar y fortalecer estos sentimientos.
El sexo es un deseo de contacto, en donde la persona toca, acaricia y estimula para ofrecer placer a la otra persona. En otras palabras, se realizan estas acciones para llegar al orgasmo o eyaculación. Durante este tipo de relaciones sexuales, la pareja no busca tocar las emociones profundas del otro. Cuando se hace el amor, sí.
Cuando se “hace el amor” habitualmente hay gestos de ternura, adoración o cariño, que normalmente no se dan cuando simplemente se practica sexo.
Tampoco es estrictamente necesario estar enamorado para hacer el amor, aunque en este cuestión hay casi tantas opiniones como personas. Lo que sí que es necesario es que haya algún tipo de sentimiento de afecto por la otra persona.