Las acropaquias son una condición médica que afecta a los dedos de manos y pies. Se caracteriza por un engrosamiento continuo de la piel y los tejidos blandos de los dedos, que se vuelven redondeados y bulbosos en la punta. Estos cambios pueden ser dolorosos, en ocasiones pueden estar acompañados de deformidad en las uñas y en las articulaciones de los dedos.
De acuerdo con Fernando Olguín, cirujano de tórax de Clínica Bupa Santiago, Chile, la acropaquia se produce “por la falta de oxígeno crónico en la sangre, lo que conduce a un aumento de la producción de tejidos blandos y óseos en los extremos distales de los dedos”.
Hay que prestar atención al tamaño y la forma de los dedos
Normalmente, el ángulo entre la uña y el dedo es de aproximadamente 160 grados, pero en las personas con acropaquia, el ángulo aumenta a más de 180 grados. El resultado es un aspecto más redondeado y ancho de las puntas de los dedos y las uñas.
Este problema puede afectar una mano o ambas y a veces puede ser asintomático. Las causas que lo originan pueden ser multifactoriales. Sin embargo, una de las de mayor frecuencia son las neoplasias, especialmente la de pulmón. Pero también hay causas infecciosas o vasculares y existen también casos idiopáticos y de origen autoinmunitario,
La punta del ovillo
“Dado que generalmente es una consecuencia de problemas pulmonares o cardiopulmonares, debemos centrarnos en prevenir dichas patologías. La acropaquia como tal no puede prevenirse y tampoco deben gastarse esfuerzos en ello, ya que se trata de una patología no dolorosa y que casi siempre es puramente estética”, comenta el doctor Jaime Alonso Pérez Barquero, traumatólogo y especialista en Cirugía de Mano y Miembro Superior del Hospital Vithas Castellón, España.
El doctor vuelve a hacer referencia a la enfermedad de base que la causa. “Volviendo a la idea de que se trata de una consecuencia de patologías más graves, suelen ser los neumólogos o cardiólogos los especialistas que más ven en la consulta este tipo de problema”, remarca.
A su vez, detalla que esto igual podría ser un signo de “otras enfermedades cardíacas como las cardiopatías congénitas y afecciones relacionadas al tracto gastrointestinal”.
Las acropaquias no deben ni suelen tratarse como tal, los esfuerzos de tratamiento deben ir encaminados a tratar la enfermedad de base”, insiste el especialista. Por lo tanto, lo fundamental en este caso es abordar el problema de salud que causa esta sintomatología tan característica. ¿Cuál es el pronóstico de una persona con acropaquia? “El pronóstico lo marca la enfermedad primaria o de origen, no las acropaquias como tal”, concluye el doctor.