Una dramática secuencia se desencadenó durante la noche del lunes cuando un trabajador rural que había ingerido un potente pesticida llegó a un hospital de la localidad santafesina de Coronda. El hombre murió pese al esfuerzo de los médicos por salvarlo pero después los profesionales que lo atendieron, al menos unas 14 personas, se intoxicaron también y tuvieron que cerrar la guardia.
Todo empezó cerca de las 22, cuando una ambulancia trasladó al trabajador frutillero después de que este intentara quitarse la vida bebiendo una gran cantidad de un insecticida que se usa en el campo para el control de plagas en cultivos de alfalfa, algodón, citrus y frutales.
La sustancia en cuestión “actúa por contacto e ingestión” y así fue como se desató una suerte de efecto dominó y todos los profesionales de la Salud que atendieron al paciente, – entre médicos, paramédicos, enfermeros y hasta un chofer de ambulancia -, se contagiaron y tuvieron que ser atendidos en el Hospital Cullen de Santa Fe, donde quedaron internados en observación hasta el día siguiente, cuando la mayoría recibió el alta.
Según informaron los medios locales, el insecticida que había ingerido el hombre es considerado “moderadamente peligroso” por lo que, a pesar de las medidas de seguridad que implementaron, contaminó no sólo al personal sino también el ambiente del hospital y no se descarta que otras personas también terminen intoxicadas.
La directora del Hospital de Coronda, Silvina Finochetti, contó a la prensa que cuando el hombre llegó al lugar se contaminó todo con un olor insoportable y que la intoxicación se produjo no sólo por contacto, sino también por la volatilidad del producto. Entre los síntomas, agregó, el pesticida produce vómitos, diarrea, dolores de cabeza y erupciones cutáneas.
Tras lo ocurrido, la guardia del hospital estuvo cerrada durante 48 horas y se evaluaba la posibilidad de trasladar a los pacientes que lleguen al hospital a una clínica privada de la ciudad. En tanto, desde el ministerio de Salud de Santa Fe investigan cómo fue el protocolo de atención para corroborar si los profesionales contaban con los elementos de seguridad correspondientes.