Desde la comuna afirmaron que la cantidad de contenendores es suficiente, pero que la práctia de los recolectores informales impide dar respuesta.
En los barrios San Cayetano y Santa Inés, la acumulación de basura continúa siendo un problema para los vecinos, pero la Municipalidad de Resistencia atribuyó la problemática a las actividades de los recolectores informales, conocidos como «cirujas».
Según declaraciones oficiales, la falta de respuestas a la demanda de limpieza en la zona se debe a estas prácticas.
En ese marco, desde la Delegación San Cayetano, las autoridades aseguran que los 42 contenedores distribuidos en la zona son suficientes para el volumen de residuos que se genera. Sin embargo, atribuyen la proliferación de minibasurales al desparramo causado por personas que hurgan en los contenedores, una práctica conocida como «cirujeo».
En esa línea, el jefe de Servicios de esa delegación, Sebastián Corrales, expresó: «Lamentablemente estamos contando con un problema de tener mucha gente en situación de calle que desparrama la basura y no podemos mantener limpio».
Asimismo, advirtió que cada vez más personas recurren a esta actividad debido a la crisis económica: «Es impresionante, cada vez más gente cae en la basura».
En un contexto marcado por la creciente preocupación de los vecinos por los basurales que afectan su calidad de vida, las autoridades señalaron que el cirujeo sería el principal responsable de la dispersión de los residuos en las calles y espacios públicos.
A pesar de contar con 32 trabajadores divididos en tres turnos diarios y camiones recolectores que complementan las tareas, las autoridades locales señalan que la acción de los cirujas dificulta mantener la limpieza.
Desde la Municipalidad también afirman que han recibido el apoyo de los vecinos por las mejoras en el sistema de recolección y la ubicación de los contenedores, aunque persisten conflictos puntuales por su distribución.
En concreto, los vecinos plantean la ubicación de los contenedores, pero desde el Municipio remarcaron que la decisión ya se tomó, en función de la diagramación para el acceso de los camiones.
Sin embargo, para muchos, la responsabilidad no puede limitarse al cirujeo. Se evidencia una falta de respuestas con soluciones estructurales por parte de la comuna.
Mientras las autoridades piden a quienes hurgan en la basura que no desparramen los residuos, los vecinos enfrentan un sistema que parece insuficiente frente a la densidad poblacional y las particularidades del área, como calles y pasillos inadecuados para la recolección tradicional.
En este contexto, el aumento del cirujeo no solo refleja el deterioro de las condiciones económicas, sino también la necesidad de respuestas más inclusivas y efectivas por parte del municipio.
