Popularmente, a lo largo de los años, se dijo que el aceite o el agua de romero es excelente para combatir la caída del cabello, dejarlo más brillante y aportarle más fuerza.
Sin embargo, en este último tiempo, dermatólogos especialistas en el cuero cabelludo, comenzaron a recomendar el aceite de semillas de calabaza.
Al igual que el romero, ayuda a prevenir la caída del cabello gracias a su alto contenido de nutrientes esenciales. Este aceite, extraído de las semillas de la calabaza, es rico en ácidos grasos, antioxidantes, y vitaminas, como la vitamina E, que ayudan a fortalecer el cuero cabelludo y mejorar la salud capilar en general.
Diversos estudios demostraron que el aceite de semillas de calabaza es eficaz para estimular el crecimiento del cabello. Su acción se debe en gran parte a la presencia de fitoesteroles, que bloquean la producción de DHT (dihidrotestosterona), una hormona relacionada con la pérdida de cabello, especialmente en hombres. Al reducir los niveles de DHT, el aceite ayuda a prevenir el adelgazamiento del cabello y a promover un crecimiento más fuerte y abundante.
Además de sus propiedades anti-caída, el aceite de semillas de calabaza también hidrata y nutre el cuero cabelludo, lo que mejora la salud de los folículos pilosos.
Su contenido en zinc y antioxidantes combate el estrés oxidativo, una de las principales causas del daño capilar y la pérdida prematura de cabello. Usado regularmente, este aceite puede restaurar el brillo y la fuerza del cabello, haciéndolo lucir más saludable.
Para quienes buscan una alternativa natural y efectiva a los tratamientos convencionales contra la caída del cabello, el aceite de semillas de calabaza es una opción prometedora. Al ser un producto natural, libre de químicos, y fácil de incorporar en la rutina diaria, se convirtió en el aliado ideal para mantener un cabello fuerte, sano, y libre de caída excesiva.