El deseo y la culpa son hilos fundamentales para tejer la madeja de los grandes dramas románticos y las viejas telenovelas. También hacen la trama de El aroma del pasto recién cortado, la película de Celina Murga que estrena hoy luego de crecer y desarrollarse bajo la tutoría de Martin Scorsese. Claro que el punto de tejido es otro, para seguir con la analogía. En lugar de escenas melodramáticas y frontalidad, sutileza y observación paciente.
Escrita junto a su expareja y colega Juan Villegas, El aroma se estructura en base a escenas de una doble vida conyugal. El profe de agronomía Pablo (Joaquín Furriel), en casa con su mujer (Romina Peluffo) y dos hijos varones. La profe de agronomía Natalia (la actriz mexicana Marina de Tavira), en la suya con su marido (Alfonso Tort) y dos hijas, también preadolescentes.
Son rutinas familiares que se observan en detalle, a veces algo forzadas, como una puesta en escena de un guion demasiado evidente. Aunque bastan pocos minutos para captar el desgaste que transmiten. Los ritmos de matrimonios que llevan ya un tiempo juntos remando los avatares cotidianos de criar, trabajar, cruzar la ciudad, llegar a fin de mes. Y, entonces, cada personaje por su lado, conoce a alguien más.
“El germen de la historia tuvo que ver con un momento de la Argentina en el que estábamos muy atravesados por la temática de género. Surgió ahí esta pregunta de cómo viven una mujer y un hombre las cuestiones de género en el interior de una familia, de una pareja, y en un marco académico. La película toma a unos personajes en plena crisis de la mediana edad que se empiezan a hacerse preguntas nuevas. De si estoy bien donde estoy, si elijo cómo elijo. Quisimos abrir el juego para que el espectador se vea reflejado en esas situaciones”, dice Murga a TN en la premiere, en el teatro 25 de Mayo—.
Y agrega: “Escribí la película con mi expareja, fuimos compañeros tanto de familia y pareja como laborales por más de 20 años, así que fue un proceso muy orgánico. Cuando uno trabaja con cuestiones creativas, siempre hay algo de uno que se pone en juego, de lo personal. Pero siempre en beneficio de la ficción, de lo que se quiere contar”.
A su lado, el protagonista, Joaquín Furriel, dice que el contacto con Martin Scorsese fue “surrealista”. “Esos momentos en la vida en los que te preguntás si eso está pasando realmente: Scorsese hablando de mi laburo. Fue un regalo, que además vino en un contexto de mucha naturalidad, familiaridad, porque él viene trabajando con Murga en sus películas anteriores”, dice el actor, que arma la valija para acompañar a la película a Biarritz, San Sebastián y luego ya instalarse en Madrid para ensayar una película.
Para Furriel, El aroma del pasto es una película interesante por su planteo. “Celina es una de nuestras mejores directoras porque tiene esa habilidad para generar una atmósfera, un contexto en el que los personajes van narrando la historia. Es muy poderoso lo que va sucediendo, entre uno y otro; cómo cada matrimonio va entrando en sus crisis. Nada es muy obvio ni muy frontal, por eso es una película interesante: es un entretenimiento activo, para espectadores a los que les gusta sentirse interpelados, para los que tienen cerca de cuarenta o cuarenta y cincuenta, y muchos años de pareja”.
