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Bienestar

Dormir con dispositivos electrónicos en la habitación, ¿es realmente malo?

Su presencia parece inevitable. Celulares, tablets y televisores están junto a nosotros en nuestras horas de descanso.

Cuando hablamos de salud y tecnología, surgen múltiples preguntas sobre cómo afecta a nuestro cuerpo, en especial durante las horas de sueño. En la habitación, es común que los dispositivos compartan espacio con nosotros. Sin embargo, ¿cómo influye esto en nuestro descanso nocturno? Las respuestas a estas inquietudes están en un equilibrio entre la comodidad y el impacto en la salud.

El uso de tecnología por la noche no solo altera la calidad de sueño, sino que también interfiere con las funciones biológicas naturales del cuerpo, especialmente el ciclo del sueño. Sin dudas el impacto de la tecnología en nuestras rutinas diarias ha sido significativo.

La interferencia de las pantallas

La luz que emiten los dispositivos electrónicos, específicamente la luz azul, puede alterar el reloj biológico interno. Esta luz afecta la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, lo que lleva a un estado de alerta cuando el cuerpo debería estar preparándose para descansar. Según un estudio de la National Sleep Foundation, la exposición a la luz de las pantallas electrónicas reduce los niveles de melatonina, dificultando conciliar el sueño y afectando la profundidad de este.

Las notificaciones, en exceso, pueden resultar molestas. (Foto: Adobe Stock)
Las notificaciones, en exceso, pueden resultar molestas. (Foto: Adobe Stock)

Incluso si no estás usando el dispositivo activamente, tenerlo encendido en la habitación puede ser perjudicial. Los sonidos de las notificaciones o las luces intermitentes pueden despertar de forma inconsciente, interrumpiendo los ciclos naturales del sueño.

El impacto en la calidad del sueño

Diversos estudios han demostrado que dormir con dispositivos electrónicos cerca afecta no solo la cantidad de horas de sueño, sino también la calidad. Según una investigación publicada en Harvard Health, las personas que usan sus dispositivos en la cama tienden a dormir menos y peor. La falta de sueño de calidad puede llevar a consecuencias como disminución de la concentración, aumento del estrés y problemas de salud a largo plazo, como el debilitamiento del sistema inmunológico.

  • Alteración del ritmo circadiano
  • Interrupciones nocturnas debido a notificaciones
  • Aumento del estrés y la ansiedad por estar conectado

Además, algunos estudios sugieren que las ondas electromagnéticas emitidas por dispositivos electrónicos podrían interferir con la calidad del sueño. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque no hay conclusiones definitivas sobre los efectos a largo plazo, la exposición constante a estas ondas podría estar relacionada con trastornos en los patrones de sueño. Dormir con dispositivos cerca también puede crear una sensación de ansiedad estrés por estar conectado todo el tiempo, afectando la capacidad de relajarse y desconectar al final del día.

Qué hacer para mejorar el descanso

Afortunadamente, hay medidas sencillas que podemos tomar para minimizar el impacto de la tecnología en nuestra salud durante la noche.

  1. Limitar el uso de pantallas al menos 60 minutos antes de dormir. Una de las recomendaciones más importantes es reducir el tiempo frente a pantallas al menos una hora antes de acostarse. Un estudio publicado en Sleep Foundation señala que dedicar este tiempo a actividades relajantes, como leer o meditar, favorece una mejor calidad de descanso.
  2. Apagar dispositivos electrónicos. Evitar cargar los teléfonos móviles en la habitación o activar el “modo avión” son estrategias útiles. Además, es recomendable instalar filtros de luz azul en dispositivos si necesitas usarlos cerca de la hora de dormir, lo que disminuye la interferencia en la producción de melatonina.
  3. Establecer una rutina de sueño consistente. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días ayuda a regular el ciclo circadiano del cuerpo, y mejorar así la calidad del sueño. Intenta crear un horario que se adapte a tu estilo de vida y cúmplelo incluso los fines de semana.
  4. Crear un ambiente propicio para dormir. Asegurate de que tu habitación esté fresca, oscura y silenciosa. Usar cortinas opacas o tapones para los oídos puede ser de gran ayuda para minimizar las distracciones y mejorar la calidad del descanso.
  5. Cuidado con las comidas antes de dormir. Evitá las comidas pesadas, la cafeína y el alcohol varias horas antes de acostarte, ya que pueden interferir con tu capacidad para dormir profundamente. Optá por un snack ligero si tienes hambre.
  6. Practicar técnicas de relajación. La meditación, la respiración profunda y el yoga son excelentes maneras de reducir el estrés y la ansiedad, facilitando así un mejor sueño. Dedicar unos minutos cada noche a estas prácticas para preparar tu mente y cuerpo para el descanso.

Además, incorporar actividad física en tu rutina diaria es muy importante porque no solo beneficia tu salud general, sino que también puede ayudarte a dormir mejor. Sin embargo, evitá hacer ejercicio intenso justo antes de dormir, ya que puede dificultar el descanso.

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