Sin lugar a dudas que hoy en día los animales son considerados como un miembro de la familia. Según un informe de Kantar Insights, 8 de cada 10 argentinos tiene una mascota y el 94 % de esos ocho la consideran como parte del grupo familiar, e incluso cuando hay que viajar.
Igualmente, salir a la ruta con una mascota en el vehículo conlleva una gran responsabilidad tanto para el conductor como para el resto de los pasajeros. El comportamiento de los animales puede generar una distracción o dificultar la visibilidad y provocar un accidente propio o un siniestro que involucre a terceros.
¿Existe una ley que reglamente el traslado de mascotas?
No, no existe una legislación específica para este tema. Sin embargo, a nivel nacional está prohibido por la Ley de Tránsito 24.449 artículo 48 inciso q: “transportar cualquier carga o elemento que perturbe la visibilidad, afecte peligrosamente las condiciones aerodinámicas del vehículo, oculte luces o indicadores o sobresalga de los límites permitidos”.
A pesar de que a nivel nacional no hay legislación, en la Ciudad de Buenos Aires existe la Ley de Tránsito 2.148 que le prohíbe terminantemente a los conductores transportar animales sueltos en el vehículo.
Además, en el caso de la Provincia de Buenos Aires rige la Ley 13.637 que dice: “ningún conductor podrá llevar animales en el asiento delantero, estos deberán ser transportados en el asiento trasero y atados con correas de modo tal que no puedan saltar al asiento delantero”.
Entonces, ¿cómo se puede transportar a un animal en un vehículo?
La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ASNV) recomienda sujetar a los animales con los arneses correspondientes, en jaulas o en caniles ubicados en el asiento de atrás. Así no molestarán al conductor y no se convertirán en un elemento de peligro en el interior del auto en caso de haber un siniestro.
Particularmente los gatos representan un riesgo extra ya que por sus dimensiones y su agilidad suelen escurrirse entre los pedales del auto si están sueltos y eso puede generar una situación de peligro.
Dos elementos útiles a la hora de arrancar un viaje con una mascota
Como mencioamos anteriormente, las mascotas no pueden ir sueltas, ni en las piernas del acompañante, ni sueltos atrás y mucho menos sacando la cabeza por la ventanilla.
Los especialistas sugieren estas dos alternativas para preservar a los animales:
- Arnés o cinturón de seguridad para perros que se sujeta al asiento.
- Caniles: sirven para todo tipo de animales, y se adaptan a su tamaño. Es ideal para aquellas mascotas más inquietas. Estas transportadoras deben ir en la parte de atrás, ubicadas en el piso de los asientos del conductor o acompañante.
Guia práctica sobre qué se recomienda hacer y que no
Lo que se sugiere:
- Transportar atada atada a la mascota.
- Parar y descansar cada dos horas. Si el viaje es de 300 o 400 kilómetros puede no llegar a ser necesario detenerse. Sin embargo, si el trayecto si es más largo se recomienda que el animal camine, tome agua y pueda hacer sus necesidades.
- Llevar agua para que el animal pueda beber durante el viaje.
- Colocar una manta o toalla para que la mascota no manche el tapizado.
- Colgar una medalla identificatoria con el nombre de la mascota, de su propietario y un teléfono de contacto.
- Siempre es preferible que el animal tenga unas horas de ayuno. Se debe evitar que la mascota tenga el estómago lleno de comida por riesgo a mareos y vómitos o simplemente tenga que hacer sus necesidades.
- Contar con los certificados de vacunación a mano.
Lo ideal es que el viaje se torne una situación normal y que la mascota no sufra inquietud o ansiedad.
Qué no hay que hacer:
- Dejarlo suelto.
- Sedar a la mascota. No se recomienda medicarlos sin consultar antes a un especialista. El veterinario sabrá detectar si el perro puede sufrir de ansiedad o stress y allí si sugerirá una medicación.
- Permitir que el animal saque la cabeza por la ventana.
- Darle mucha agua antes de viaja.