River Plate tiene la mirada puesta en el cruce del próximo martes 7 de mayo contra Nacional en Uruguay porque una victoria podría dejarlo a un paso de clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores a falta de dos jornadas para el cierre de la fase de grupos. Los dirigidos por Martín Demichelis ya dejaron atrás la derrota ante Boca Juniors en el Superclásico y se enfocan en lo que será un nuevo mercado de pases que está a la vuelta de la esquina.
En charla con ESPN EquipoF, el vicepresidente de la institución, Matías Patanian, fue consultado por un nombre que empezó a rebotar en las oficinas del Monumental este miércoles: Iker Muniain. El futbolista del Athletic Club de Bilbao anunció que dejará el club el próximo 30 de junio tras 15 temporadas y diarios españoles como As y Marca pusieron entre las primeras opciones del mediocampista de 31 años la chance de recalar en el Millonario, club del que es simpatizante. Frente a esto, el dirigente declaró: “Sabemos de su fanatismo por River, y que además finaliza su vínculo contractual con el Bilbao. Después, hay que evaluar un montón de cosas: si realmente tiene ganas de venir a la Argentina, cómo sería su adaptación, si en ese momento River tiene la prioridad en el puesto en el cual juega o en otros”.
En este sentido, fue cauto sobre el posible arribo del jugador que viene de ser campeón de la Copa del Rey: “Es algo a trabajar a lo largo de estos meses. No me gusta despertar expectativas que si no se dan, quedan como un fracaso. Sí sabemos que es riverplatense, ya ha contado su historia del 9 de diciembre en el (Santiago) Bernabéu, y sabemos que ha decidido terminar su etapa en el Bilbao. Seriamente no podemos hablar más de nada”.
El volante había contado en 2022 la locura que hizo por ver al equipo en aquella final de la Copa Libertadores 2018: “Soy muy fanático de River Plate. Tengo aquí el partido, tengo que ir a Madrid, tengo que ir a ver, estar con mi equipo, con River Plate alentando. Se daba la circunstancia de que yo jugaba partido con el Athletic Bilbao el lunes, y el partido era el domingo. Un día antes. Nosotros estábamos en descenso. Era diciembre, el equipo estaba horrible. Habían echado al entrenador y había uno nuevo. La peor situación que te puedas imaginar”. “Llegamos a Madrid y había 50 mil personas de River, no podía ir con la cara descubierta. Mañana tengo partido y voy a salir por todos lados. Cogí una peluca, unas gafas, una gorra y fuimos a la calle”, sorprendió.