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Los cruces entre Cristina Kirchner y Javier Milei pusieron la lupa en los aumentos de sueldos de funcionarios

Argentina tiene dos líderes políticos que se eligen como rivales en un escenario público absolutamente polarizado. Javier Milei elige a Cristina Kirchner, Cristina Kirchner elige a Javier Milei. Esto es indiscutible y se percibe desde la campaña electoral. No es novedad. Lo que pasa es que cada vez que aparecen este tipo de comunicaciones públicas, sobre todo cuando ella hace alusión a él, no dejan de ser noticia. La polarización de la política, que en el mundo es un fenómeno y la Argentina no es una excepción, termina trayendo algunos capítulos que nos muestran a Cristina Kirchner o al kirchnerismo y a Milei o al libertarismo como protagonistas de estas batallas que se dan en la escena pública.

Hay una publicación en el Boletín Oficial que deja en evidencia a Javier Milei. El Poder Ejecutivo decidió dar un aumento a sus integrantes, incluido el Presidente. Y surge un debate, porque venimos de una semana en la cual se conoció también que por añadidura a lo que es una decisión administrativa del año 2011, diputados y senadores se adjudicaron un aumento del 30%, tomando como parámetro lo que fue la paritaria de los trabajadores parlamentarios. Esto lo terminan firmando el secretario administrativo de cada cámara o la secretaria y termina conllevando un aumento de las dietas de los legisladores.

Hoy a la mañana, Martín Menem firmó una resolución para dar marcha atrás con esto, falta solamente que Victoria Villarruel la acompañe para el Senado. Se acabó el 30%, que después hay que ver cómo lo devuelven porque ya lo cobraron. Y hay un debate aún más interesante: tener un Estado grande, con salarios bajos, o un Estado más chico y muy eficiente, con muy buenos salarios para cautivar y atraer a los mejores a trabajar en el Estado.

En los altos estándares de la función pública, las personas que deberían ser competentes para poder ocupar esos cargos, tranquilamente pueden acceder por su formación y trayectoria a altísimos puestos en el sector privado, donde claramente se paga mejor y las condiciones son mucho más atractivas. Entonces, la pregunta que se hace habitualmente en el seno de las Ciencias Políticas y de las Ciencias Sociales es: ¿Qué es mejor? ¿Pedir que hagan un acto patriótico y bajarse los salarios o hacer un Estado más chico y seducir a los mejores para que vayan a poner lo mejor de sí, la formaciónla experiencia ofrecer las mejores soluciones a problemas que cada día son más complejos?

Mientras. Cristina Kirchner cobra dos pensiones de privilegio, una por el expresidente Néstor Kirchner y otra por ella por encima de los $10 millones, cuando un jubilado cobra una mínima cercana a los $150 mil, realmente es una falta de respeto. Es una locura y una burla, porque son pensiones que la paga la ANSES, la misma ANSES que después le paga por abajo de los 150 mil pesos a un jubilado que gana la mínima.

Y la mínima la cobran el 70% de los jubilados, no es que es una porción chiquitita, la gran mayoría de los jubilados cobra la mínima que después recibe un bono no solo para zafar, sino para que le duela un poquito menos. Es una locura lo que son las jubilaciones de privilegio para la Justicia. Hay un desmadre del Estado. Cuando uno ve y compara el Estado argentino en su tamaño, tanto cualitativo como cuantitativo, queda un Estado vergonzoso.

Hasta la gestión pasada, el ministerio de Economía tenía 3 mil empleados en Argentina. El ministerio de Economía de Alemania, la tercera potencia del mundo, tiene 1500. Un senador norteamericano, la primera potencia del mundo, tiene seis asesores. En Argentina hay senadores con más de 40 asesores. Está claro que el Estado está dando vergüenza ante una población que está padeciendo los avatares de un ajuste que el país no hace mucho tiempo. Por eso, esta intervención, que no mueve el amperímetro en términos cuantitativos ni cambia la vida económica del país, muestra un gesto enorme, inmenso.

Ganancias con otro nombre

Por otro lado, estos últimos días el Presidente bajó su perfil desde que se reunió con los gobernadores, más allá de esta polémica con Cristina. Y el gobierno necesita hoy de algunas cuestiones donde si el Presidente levanta el tono y levanta la discusión, se van a complicar. Para firmar el Pacto de Mayo y para conseguir que se vote la ley base es fundamental recomponer una relación con los gobernadores de las provincias.

Los gobernadores de la Liga Patagónica, donde están Nacho Torres, de Juntos por el Cambio y Claudio Vidal, un peronista no kirchnerista, le han dicho al Presidente que no van a firmar nada si esto viene con prepotencia y con impuestos. Están diciendo “no nos trate mal ni tampoco quieras poner nuevos impuestos”. Ahí hay un mensaje para no restituir la cuarta categoría del impuesto a las ganancias.

También hay una cuota de kirchnerismo en el gobierno. En la cuestión discursiva, no le quieren decir Impuesto a las Ganancias, están insistiendo que es Impuesto a los Ingresos. Porque quieren plantear un marco comunicacional para no ser peyorativo sobre la cuestión. Históricamente, la corrían a Cristina con eso. Esto es como cuando ellos decían que no había inflación, que lo que había era un reacomodamiento de precios. Y esta historia termina en el Congreso.

Hay 91 diputados del Frente de Todos que dijeron que no van a apoyar la iniciativa de restituir Ganancias. A esto hay que sumarle unos 33 entre Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, donde están PichettoMonzóStolbizer, Nicolás Massot, lo que da casi 122. Falta saber qué plantea la izquierda y algunos bloques más ligados a los gobernadores. No está fácil sacar esa ley que restituye la cuarta categoría. Ni hablar cuando en el Senado.

Ese impuesto es coparticipable, es decir, que a la larga lo terminan recibiendo las provincias. Es decir, los gobernadores. Es decir, los que tienen mucha incidencia en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores. Ahora, ¿cómo van a enfrentar, por ejemplo, los gobernadores peronistas a la CGT? Kicillof va a recuperar un montón de dinero si es que se repone el Impuesto a las Ganancias. ¿Cómo le va a explicar a Daer, Acuña, a los Moyano, que el lunes pasado fueron a su discurso de inauguración de las sesiones del año 2024 en la legislatura provincial? ¿Cómo les va a explicar que él va a acompañar esto si la CGT viene pidiendo no recomponer ganancias? Es un ejemplo muy cabal. Ahí ya está la primera contradicción.

Segundo, ¿cómo se lo explicás a los trabajadores con capacidad de reinvertir su plata en Argentina? Quiero decir, por ejemplo, un trabajador con un buen salario que de repente puede reinvertir su dinero para contratar más empleados y que el desincentivo que provoca pagar Impuestos a las Ganancias le genera una decisión de no seguir invirtiendo en el país.

Se puede generar un círculo vicioso en función de esto, que genera muchas contradicciones que provocan en el marco parlamentario varias dudas sobre qué hacer: si priorizar las arcas provinciales o no confrontar con actores que son muy relevantes en el escenario de poda. Es muy difícil para ellos decidir qué hacer.

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