El año que se cerró y el que está comenzando, como naturalmente ocurre, sirve para realizar balances y trazar las expectativas que tiene toda gestión para su año calendario. La gestión provincial del gobernador Jorge Capitanich cree vivir en una burbuja, cual protocolo de bioseguridad se aplique, y creen tener inmunidad por sobre todo “chanchullo” que se genera en el territorio provincial. Lo cierto es que salpica, y para todos lados, cada nombre que se analiza bajo el ala de “Coki”. En esta nueva “presentación de curriculum” que viene realizando NOVA, vamos a conocer la historia de un “veterano con espalda”…
El Doctor Juan Chaquires, allá por 2012, fue ungido por Capitanich como Vicepresidente de Fiduciaria del Norte, acto reconocido por el propio gobernador como “un reconocimiento y reposicionamiento del Dr. Chaquires, en gratitud a todo su desempeño cuidándole las espaldas”. Y si lo que está pensando el lector, es que la vicepresidencia de Fiduciaria ya es recurrente para las “premiaciones”, está en lo cierto.
Por ese entonces, ya era “vox populi” que entre “los viejos amigos y custodios” de Capitanich, entre los que se destacaban José “Pepe” Mongelo, Marcelo “El Griego” Curcumelis, Carlos Bernasconi y Juan Chaquires; entre los que había un “acuerdo” para la contratación y adjudicación de becas o Planes Foco y, a través de los mismos, los pasillos de Gobernación comenzaban a poblarse de jovencitas inexpertas en cualquier tarea, pero pos ser portadoras de atributos físicos y voluntades para prestar “favores sexuales” a sus empleadores.
En esas, las que más evidentes eran por su variedad y número, eran las “chicas de JuanCha”, y las había de todas las edades y tamaños, sin alguna tarea fija asignada, sólo pulular por las oficinas ofreciendo café, o alguna que otra infusión como si estuvieran en un bar y aprovechar a mostrarse. La “coordinación” de esto, estaba a cargo de Angie Ferreyra, quien incluso tenía a su propia hija, Laurita, formando parte del staff de Chaquires.
Ferreyra tenía contacto por ser “vecinos” de la oficina de Multimedios, que era recientemente comandada por nuestro “empleado del mes” Juan Mateo Cassiet, luego de jugarle una muy sucia y fea trampa a su ex jefe y quien le dio lugar en Gobernación Jorge Julián, culpándolo de exigir “retornos” de los contratos. ¿Adivinen de quiénes? Si, nuestros otros “referentes” del desmanejo: Benjamín Aguilera, Alejandro Ronconi, Diego “Pollo” Sosa, Juan Manuel Fernández, Guillermo Moglia y Diego Wadi Matta.
En esta “jugarreta”, todos ayudaron a Cassiet a deshacerse de Julián, mientras ya estaba en marcha su plan con elevación de informes “detectivescos”, pantallas de cámaras puestas por Cassiet para tal fin; todo montado mientras le palmeaban la espalda en Santiago del Estero a Julián por el fallecimiento de una hermana.
El “hacker” Cassiet, oportunista como pocos, aprovechó esos días de “licencia por duelo” de Jorge Julián, y previa preparada del terreno junto al hoy intendente de Presidencia de la Plaza Diego Bernachea, le presenta a Capitanich las carpetas “con evidencia” claramente montada, lo que vale que, a su retorno, Julián sea desterrado. Allí, Cassiet es puesto a cargo de la Dirección y los subordinados a la espera de las mejoras contractuales prometidas por Cassiet si se prestaban a esa maniobra tan sucia y vil.
Ante esto, la “coordinadora” Ferreyra habla con “nuestro empleado del mes” Cassiet y le pide que “refugie” a su hija Laurita, que se encontraba en la oficina de Chaquires, ya que los acosos eran muy brutales y, además de eso, Chaquires enviaba a Laurita y otras chicas en turnos rotativos a trabajar para su hijo y para él, en su estudio jurídico.
Laurita pasa al “dominio” de Cassiet, pero por pocos meses, ya que su “nuevo jefe” era igual de acosador que el Dr. Chaquires. En ese lapso, de aproximadamente 7 meses, Laurita Ferreyra y Cassiet mantienen una relación íntima (el “hacker” recientemente separado de María Lourdes Demaría), pero que llegó a su fin cuando Laurita no soportó más las presiones de su “Jefe/Novio”.
Mientras tanto, el resto de “las chicas” eran mostradas por sus empleadores con frases de tal magnitud como: “miren que buena carne que tenemos”, “fulanita hoy te toca a vos estar arriba” y demás, sin ningún tipo de reparos, control o vergüenza.
Un grupo de 7 chicas: Soledad, Analía, Erika, Alejandra, Karina, Evelyn y Laurita; le plantearon seriamente a Ferreyra que ellas habían sido, en distintos momentos, víctimas de abusos por parte de Chaquires y que, como necesitaban el trabajo, se callaron pero que ya no estaban dispuestas a hacerlo más. Ante ese panorama y viendo que las chicas se habían puesto firmes y estaban dispuestas a hacerse oír, Ferreyra le avisa a Chaquires de la situación.
Ante esto, Chaquires trata el tema con Bernasconi, que estaba en las mismas huestes, y con “Pepe” Mongelo, cuyo departamento en calle La Rioja era usado como “bulín”. Allí, llegan a la conclusión de llamar al “empleado del mes” Cassiet, para que los asista para borrar rastros de Facebook Messenger y sus celulares, líneas Win de Gobierno, urgiéndolo que limpie el panorama antes que llegue a oídos del “jefe supremo” Capitanich, y bajan también la orden a Ferreyra de cortarles todos los caminos a las damnificadas para que no “armen más quilombos y se sigan sumando”. Tal fue la obediencia de Ferreyra, que ya había silenciado hasta a su propia hija.
En este “procedimiento”, Ferreyra silencia todo, distribuyen “las chicas” y les dan más plata para que retiren las denuncias que habían radicado y reparten billetes también para limpiar sus nombres a nivel judicial. Esta jugada les sale redonda, pero jamás creyeron que Cassiet sería un cabo suelto, que cuando “lo necesite” pondría precio a sus secretos y evidencias colectadas en el raid de borrarlas.
A pesar de este “desmanejo”, llegan a prosperar tres denuncias distintas, pero jamás llegaron a ser penalizadas, ya que la Justicia siempre atiende a estos “señores con poder”, sin mirar a quienes puedan perjudicar.
La lealtad de Ferreyra le valió un lugar seguro para ella y su hija Laurita en Gobierno, siendo esta última una de las recepcionistas, junto a Natalia, de la Privada del Gobernador bajo el mandato del Ingeniero Domingo Peppo.
En esta gestión, Chaquires estuvo a cargo de la Secretaría de Inversiones Asuntos Internacionales y Administración del Estado, que repartía fondos nacionales a todas las áreas, pero paradójicamente no contaba con recursos propios. El “prestigioso doctor” fue el encargado de pedir la creación del sistema SIG (Sistema de Información Geográfica) y pagar al “empleado del mes” Cassiet, nuevamente a través del buen empresario Luis Reidan.
En el juicio de residencia a Chaquires, con fecha 2 de diciembre de 2019 (expte. 3631/19) le solicitan explicaciones, donde lógicamente no las hubo, de por qué esa división sin presupuesto asignado había gastado, en 2019 únicamente, aproximadamente 40 millones de pesos. Al parecer, en ese lapso, las “chicas de JuanCha” costaron algunos billetes más.
Hoy en día, Juan Chaquires no se encuentra cumpliendo un cargo de relevancia en la administración de “Coki” Capitanich, pero si continúa metiendo la uña en tratados que quedaron vigentes desde gestiones anteriores, y soportando con espalda política, el poco peso que tiene para influir en las decisiones políticas del Partido Justicialista.
